Creo que la expresión “cómo niño con zapatos nuevos” la formuló alguien que no había visto la cara de una mujer con zapatos nuevos… Mi hija Julia (de dos años) es realmente coqueta y alucinaríais al verla probarse sus propios zapatos en casa como una loca compulsiva. Ella sólo quiere variar y cambiar de unos a otros, aunque cuando llega el turno de las botas de agua no hay quien se las quite.
En cambio yo, disfruto estrenando, una grave enfermedad si no se trata. Como me gusta ser dueña de mi bolsillo y de mis impulsos consumistas, procuro comprar con la cabeza: sabiendo qué “necesitamos”, qué precio tiene y qué uso tendrá.
Estos zapatitos camel los compré este verano en las rebajas, me costaron realmente baratitos (unos 7€!!), y aunque la moña exagerada no me convenció pensé que podía tener fácil arreglo. Taaaan sencillito como descoserla y pegarle un botón más estiloso.
Madre e hija estamos contentas con el arreglito que le he hecho a los zapatos, espero que cuando cumpla quince años le siga pareciendo bien que modifique su ropa 😉
Sed tan felices como queráis… Muuuucho!!!!
Feliz viernes!
Soy maestra de Primaria en una escuela sevillana.
Además realicé el máster de maquillaje del Teatro Quintero, con Juan Pedro Hernández Revenga, y el maquillaje es mi gran pasión.