Si reflexionamos sobre este artilugio tan ortopédico (hoy que es domingo podemos pararnos a reflexionar sobre cualquier estupidez;) ), recaemos en lo incómodo y engorroso que resulta. Tengo un “separador de dedos” en mi neceser de manicura, pero creo que lo he utilizado un par de veces en tooooda mi vida. Al cabo de los diez segundos de ponérmelo siento los dedos de los pies agarrotados y quiero quitármelo inmediatamente…
Discurriendo sobre este tema tan irritante (para mis dedillos) creo que el “separador” es un invento malvado de alguna suegra que quiso vengarse de su nuera de forma sibilina y le regaló un kit de pedicura para disfrutar viendo como su ella se dejaba los dedos en el intento. La suegra se desquitó de su nuera por haber convencido a su hijo de que sus croquetas engordan y haberle robado así su mejor arma…
Quién sabe cómo y quién inventó el separador de dedos, pero desde aquí os invito a buscarle algún uso alternativo cómo rastrillo para la arena o masajeador de cráneo. Si se os ocurre alguna forma mejor de sacarle partido escribirme un Mail. Gracias!!
Domingo de reflexiones existenciales: mantengamos nuestros deditos de los pies juntos y unidos!! Nada de separarlos!!!
Os quieroooo!!!