Buenos días moninas! Con poco tiempo que le hayáis dedicado a internet estos días, seguro que os habéis encontrado con la última moda en “estilismo” varonil: los “fofisanos“. Empezando por el principio muchas os preguntaréis “¿Pero qué son los fofisanos?“, “¿Qué famosos abanderan esta estética y modo de vida?… Pues esta tendencia llega desde el otro lado del Atlántico impulsada gracias a las fotos publicadas por magazines y redes sociales de actores como Leonardo di Caprio, Ben Affleck o John Hamm (el protagonista de Mad Men) mostrando un cuerpo más dejado, sin trabajo de gimnasio y luciendo la llamada “curva de la felicidad” (o barriguita cervecera). A este tipo de hombre le han llamado “Dadbod”, que en España se ha traducido como os digo como “fofisano”. Está generando mucho debate, aunque la verdad es que a mí me aparece que no deja de ser el “canon de belleza masculino” que existía antes de que metrosexuales, ubersexuales, gym-maníacos… tomaran las calles. Podríamos decir que son ese grupo de hombres que tienen una relación de amor-odio con la talla “M”, que es la única que no les queda como un saco de patatas cuando están más en forma pero que les puede quedar algo rídicula en la zona abdominal si han sido sedentarios.
También hay voces que se han levantado contra este “movimiento” como la de la revista “Time”, que señala que los fofisanos marcan aún más las diferencias entre hombres y mujeres, pues ellas están prácticamente obligadas a ser delgadísimas, ir siempre perfectas… mientras que ellos pueden “dejarse ir” tranquilamente. Pese a esto, los fofisanos triunfan por dos razones muy sencillas: en primer lugar porque restan presión a las chicas que se sienten inseguras con su cuerpo (o presionadas a desvivirse por su tipo) y no necesitamos un cuerpo perfectamente esculpido a nuestro lado que nos haga sentir peor (esto piensa Mackenzie Pearson, una estudiante de la Universidad de Clemson que ha ayudado a extender este concepto desde su blog). En segundo lugar, la moda de los hombres que se cuidan en exceso y que pasan más tiempo que sus novias ante el espejo, dedicando todos sus esfuerzos a estar “físicamente perfectos” ha potenciado que muchos chicos vivan centrados en su propio ombligo. Los fofisanos, en cambio, tienen su mente mucho más preparada para preocuparse un poquito por nosotras 🙂 y por temas más interesantes que su propia anatomía.
¿Qué opináis vosotras de esta moda?
Besos y hasta mañana, que ya será viernes!!!