Hoy volvemos de nuestra escapada romántica a Portugal. Dos días sin los peques en un hotel estupendo que os recomiendo de Portimao (Hotel da Rocha). Primera línea de playa, con vistas frontales al mar y en una habitación realmente bonita. Más que una habitación era un mini-apartamento con cocina, saloncito y terraza.
Una, que es muy escrupulosa y no se agarra a la barandilla de las escaleras mecánicas aun a riesgo de sufrir un accidente o que abre los picaportes de los baños públicos con un trozo de papel higiénico, se quedó algo impactada al saber que en los hoteles el punto crítico de concentración de las bacterias no estaba en el inodoro, ni en la ducha, ni en las mantas o colchas, sino en el mando de la televisión. Según un estudio de la NASA, éste tiene nada menos que 14 veces más contenido de bacterias del considerado aceptable.
En la revista en la que hace tiempo leí esto recomendaban utilizar el gorro de la ducha que siempre encontramos entre las amenities en el baño de la habitación, como funda para el mando a distancia. Me pareció una idea genial para no andar con paranoias y remilgos con el dedo tieso al cambiar de canal.
Acordaros de este truqui la próxima vez que viajéis, yo espero que sea pronto. Feliz sábado!!