¡¡¿Verdad qué hay pocas cosas que estropeen más un look que un granito en mitad de la frente?!! Síííí!! Qué rabia da levantarnos con una “sorpresa” así en la cara!!
Lo que podemos hacer para disimularlo es maquillarlo con un corrector verdoso (ya sabéis que el verde anula al rojo) y por supuesto no “toquetearlo”. El refranero español es muy sabio: “No hay mayor desprecio, que no hacer aprecio”, y eso es lo que debemos hacer con nuestro monstruoso “amiguito”.
Cuando llegue la noche podemos ponerle fin a la “pesadilla” y recurrir a este remedio casero taaaaan eficaz : tumbarnos o conseguir poner la cara de forma que los polvitos de bicarbonato que pongamos sobre el granito no se caigan. Después añadiremos sobre el bicarbonato que nos hemos aplicado, unas gotitas de limón. Comenzará entonces una reacción burbujeante muy curiosa y sentiréis un cosquilleo que será la señal de que el granito está secándose. Ya veréis qué sensación tan rara!!!
Ya sé que las princesas presumidas como vosotras no tienen granitos, pero por si ocurriera, ya tenéis una solución casera y rápida!!!
Besotes!!!