Hoy martes me escapo de los temas coquetos para contaros un truqui sencillísimo que me dió mi cuñada Pilar. No tengo demasiadas plantas, pero las cinco o seis que decoran mi terraza llevan con nosotros casi desde que nos casamos. El tronco de brasil que veis en la foto fue un regalo de pedida y aún sigue vivo y saludable. Tras las vacaciones siempre lo encuentro estropeado, con hojas “pochas” y algunas puntas amarillas, entonces tras mi ataque sentimental recordando el cariño por esta planta la regaba día tras día esperando que poco a poco se recuperara sin conseguir otra cosa que ahogarla. Pero Pilar me aconsejó cortar las puntas quemadas y las hojas estropeadas, me explicó que si no haces esto la planta gasta todas sus energías en recuperar esas partes. Gracias a ese gesto de cortar las puntas dañadas tengo plantas que espero que lleguen a ser árboles centenarios que heredarán mis nietos.
Espero que os sirva este truqui tanto como a mí. Gracias Pilar!! Un beso gigantesco y ecológico.
De nada Cuñi!:P, me alegro de que tus plantas crezcan sanas y fuertes.
Besitos