Hemos pasado un fin de semana fantástico en Mérida, desconectando de todo lo superficial y enchufándonos a lo importante (nuestros peques, la familia y la tranquilidad de estar en el lugar donde todo va bien).
Nos quedamos en casa de mis tíos, y al abrir la nevera descubrí que mi tía guarda dentro su contorno de ojos. Probé a aplicar una pizca en las ojeras y la sensación de frescor fue muy buena.
Ya hemos aterrizado en casa y tras deshacer maletas y volver a poner todo en su lugar, cambié de sitio mi crema de contorno de ojos, ha pasado del cajón del baño a la puerta de mi nevera.
Os animo a probar esta idea que ayuda a potenciar la acción descongestiva de las fórmulas con las que están elaboradas las cremas antiojeras. Ya me contaréis…
Qué paséis un buen lunes!!